La otra vez tuve reunión de excompañeros de la preparatoria (bachillerato/high school) a la mayoría la última vez que los vi fue en la fiesta de graduación a partir de ahí cada quien tomo su rumbo por la vida, yo pertenezco a un grupito de 8 amigos que siempre se reúne cada año, pero de los demás no tienes ni idea.
Y surgió la inquietud de uno del clan en tratar de reunir no al salón sino a toda la generación y esa fecha que veías lejana ya esta a la vuelta de la esquina, se te cruzan ideas por la cabeza y en el trabajo te miran como loca ya que te estas riendo sola recordando pasajes de esa tonta película “Romy and Michele”.
Y llegó el día.
Y ahí estoy confirmando una vez más la hora a la que pasaré por una compañera porque tiene miedo llegar sola y no le entiendo el porqué si todos son tan amables y buenos…o al menos eso recordaba.
Me la pasé estupendo, me reí bastante, cantamos hasta desgañitarnos, la música de nuestra época, los pasitos de moda, el querido maestro presente, las aventuras, las travesuras, los que se adelantaron en el camino.
Había compañeros que no recordaba y viceversa, pero normal, muchos estaban cambiadísimos, algunos favorablemente otros lo contrario, otros al parecer tenían pacto con el Diablo. Había personas que ya visitaron al cirujano plástico.
Me despedí a buena hora, el resto se quedo hasta el amanecer. En días posteriores me llegarían los ecos obscuros: Que si fulanito fue un borracho impertinente, que si tal o cual andaban coqueteando, si algunos trataron de reavivar viejos amores, etc.
Lo peor del caso es que entre mis dos mejores amigas algo se rompió y ya no es lo mismo y lamento mucho eso, no tomo partido por ninguna de ellas porque a las dos las quiero por igual, solo escucho y callo porque cuando quiero hacerle ver a alguna que a lo mejor interpretó mal, en seguida me reclama diciendome que si estoy a favor de la otra. ¡Bah!
Es curioso como a medida que nos hacemos adultos y “sabios” a veces nos cueste reconocer nuestros errores o aceptar las personas tal cual son, en cambio cuando jóvenes fácil todo se rompía pero igual de rápido se arreglaba.
En fin…
Por ultimo un consejo: En una reunión de excompañeros antes de ponerte a criticar a los demás, checa que tú aún estés delgado y conserves el cabello (¡y los dientes!) cuando menos.
A propósito: ¡Qué chiquito es internet!, buscando esta canción de Presuntos Implicados resultó que Kerubina es la única que lo tiene en youtube. Gracias por compartir.
5 comentarios:
La Mama de Patito dice,
Uyy! dimelo a mi. En la primaria eramos tres amigas pegadas con kola-loka. pasados los años tambien algo paso y nos dejamos de frecuentar.Si las vieras ahora! irreconocibles, parecen 15 años mayores de lo que son.
Igual me pasa con los compañeros de la facultad, a la gran mayoria el tiempo los ha tratado mal...yo trato de cuidarme pero tambien pienso que calladita me veo mas bonita.
Saludos!
http://lasaventurasdepatito.blogspot.com/
jeje, asi es la vida... mejor ni pa un lado ni 'pal otro, al rato se arreglan...
ups que suerte de aun convivir con tus amigas, yo solo con una mantengo la relacion desde la prepa y pues ahora estamos lejitos.. ni modo,lo importante es mantener el contacto.
saludos!
Mama: pos yo no canto mal las rancheras jajaja.
Pao: Pues ellos se reunen cada año, pero ya ves como soy yo, asi que yo les veo cada dos años jajaja.
Saludos.
Ya me imagino la aventura que resulto aquella reunión, yo no se si me animaria a ir a una mia, me daría algo de miedito aunque eso si mucho gusto de ver a muchos cuates de nuevo.
¿Ya viste efectos secundarios?
Me ha tocado estar en ese tipo de reuniones, pero ahora con el trabajo y antes por los estudios dejé de asistir, ahora solo tengo contacto con algunos cuantos que resultaron ser muy buenos amigos aunque no se frecuenten por estar viviendo en otras ciudades, pero así es esto de las aguas frescas.
¡Saludos!
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