31 mayo, 2009

Pink Floyd y como entendi el tiempo relativo de Einstein

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Quería oír música, me pase sobre los discos para elegir uno y me detuve en "Wish You Were Here" de Pink Floyd, lo puse en el estéreo y me senté a escucharlo.

Cierro mis ojos.

Se oye los sintetizadores con los que abre el disco y mi pensamiento me lleva a los 90's formando parte de un pequeño grupo de escaladores, recuerdo que alguien tenía una Tracker con un potente sonido, levantaba la puerta trasera y la música retumbaba por las paredes del cañón. Ese día, a mitad de mi ascenso, se escucho Pink Floyd.

Me alejaba del suelo, manejaba mi centro de gravedad, pasaba mi peso de un pie a otro, les decía a los chicos que era como bailar ballet: calzado especial, mínimo contacto -en este caso- con la vertical, algunos con elastano... ya no dije más, amenazaron con soltarme.

Seguía subiendo, se oía la música y ésta me llevaba a 1975, a los estudios Abbey Road. Imaginaba que podía ver las paredes que amortiguaban ecos de canciones que nunca fueron grabadas, mudas cómplices de los genios musicales. Veía a Waters y a Gilmour cuando aun podían negociar sus egos. Waters reescribiendo un borrador pensando en aquel amigo que quedo en el fuego cruzado y a Gilmour rasgando su guitarra. Y ahora, están conmigo acompañando cada avance que doy. Se escucha la primera parte de "Shine on you ...". Sí, ellos están aquí.


Jugar al basquetbol, además de la nariz rota, me dejó un dedo lastimado que jamás me atendí, de vez en cuando duele al hacer presión. Nunca tuve manos bonitas, a menudo tenía los nudillos raspados y las cutículas reventadas al asirme de fisuras y agarres.

Han pasado varios minutos de esfuerzo y mi amigo soltando cuerda desde el piso. En la ciudad hace un calor de casi 40 grados. En el cañón, sus montañas hacen un túnel de aire que al rozar sus paredes gana frescura trasmitida por el agua que hay en sus entrañas. Me siento agotada con el esfuerzo, siento un ligero dolor de cabeza, las sienes me palpitan y el corazón a tope. Cierro los ojos y me escucho jadear, aprieto los dientes y pego mi mejilla a la roca, la siento fresca, me concentro en trabajar mi respiración. Se escucha la guitarra de Gilmour en Wish You Were Here que me ayuda a relajar.

Siento unos tirones en mi cintura que me hace abrir los ojos, es el arnés sujeto a la soga, mi compañero quiere saber si estoy bien; con señas le hago saber que solo necesito tiempo. Miro el panorama que esta a mis espaldas y veo el esplendor de las montañas, en una hermosa postal que pocos pueden apreciar. How wish you were here.



Recobrando el aliento, sigo mi progreso, ya falta poco. Hay otro grupo haciendo una línea contigua, es un escalador experimentado que sube con gran facilidad y pronto llega a su punto. Eres tú, que al pasar me dices frases de ánimo.

Por fin llego a mi meta donde tú ya estabas esperando. Intercambiamos un par de impresiones sobre el panorama que nos regala las montañas. No soy buena conversando con extraños y me apresuro a bajar. El ambiente esta embriagado de notas de "Shine On you Crazy Diamond" que es inevitable cantar. También bajas y quieres cantar pero te equivocas de estrofa y reímos.

Deliberadamente deslizamos lento nuestras cuerdas.


Ruta "El Resplandor" Parque Ecológico la Huasteca, Sta. Catarina, N.L.


Mientras en 1975 Waters canta frente a un micrófono en un cuarto en Abby Road pensando en Syd, Tú y Yo cantábamos con él en aquel sábado de los 90's. Y también Tú y Yo cantábamos a todo pulmón aquel 2 de abril del 2007 con el genio delante nuestro a escasos metros.

Y hoy Yo, con todos mis Yos, tus Tú y los distintos Rogers, sentada en un sillón, escucho a Pink Floyd.

31 de mayo

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La lección del día de hoy:



22 mayo, 2009

Olviden a Alberto Cutié

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Hoy vi Ángeles y Demonios.

Me pareció mejor que el Código y en esta ocasión el cabello de Tom Hanks no es elemento distractor involuntario como en su antecesora... ¿antecesora? bueno "filmicamente" hablando porque a nivel novela A&D podría considerarse precuela del Código... ay, ya me revolví.


Lo MÁS importante que quería decirles (porque han de saber que todo lo que les digo es importante) es que después de ver a mi amadísimo Ewan McGregor como padrecito, ganas no me faltan para ponerme un cilicio e ir corriendo a la iglesia más cercana y decir: -"mea culpa, mea culpa"-



et in secula seculorum...

18 mayo, 2009

Pájaros


El sábado pasado hizo un fuerte ventarrón, cuando fui a cerrar ventanas vi en el patio trasero hacia un remolino que levantaba las hojas y flores de bugambilias, no dejé que saliera Ringo (mi perro) porque con su tamaño diminuto ya me lo imaginaba volando como la vaquita en "Twister". Después del viento llegó la lluvia y así con intermitencias paso el resto del día.

El domingo en la mañana que los pájaros trinaban muy fuerte, más que de costumbre, cuando salí al patio me encontré que Ringo estaba acorralando a un pajarillo que aun estaba muy pequeño para volar, de hecho le faltaban algunas partes por emplumar. Ringo no lo amenazaba solo lo estaba observando muy de cerca, eso si.

Supongo que con el viento del día anterior lo tiró y a la vista solo había un nido que estaba a 5 metros de altura aproximadamente, así que otra persona y yo, después de un laborioso debate sobre quien debería subir a colocar el pájaro a su nido y cuando se nos agotaron los argumentos optamos de manera más salomónica -piedra, papel o tijera- quien ganaba la oportunidad de coronarse como héroe. Lamentablemente no fue mi caso.

Una vez que el pájaro estaba de vuelta en su nido, me fue casi imposible apartar la vista de ahí, por eso tuve la oportunidad de ver (como en el Discovery "Planeta salvaje"), cuando al pobrecito lo echaron nuevamente del nido, afortunadamente cayó aleteando y no se golpeo. Como hacia fresco y empezó a garuar (como decía la abuela) , salí para meterlo pero me di cuenta que Ringo ya estaba encima de otro pajarillo.

Entonces metí los dos pajarillos a casa, se los mostraba a Ringo y él los lamía, quizá para saber si eran comestibles, el caso es que trate darles de comer y no pude abrirles el pico. Cuando se despejo el cielo los saque para ver si su mamá venia y sí, vino una pajarita a darles de comer, iba y venia la pobre. Luego me di cuenta que ella se posaba en una arista, ahí estaba su verdadero nido los subí y ahora sí ahí se quedaron, al menos hasta esta mañana que antes de salir los fui a ver y ya estaba su pobre madre volando a traerles comida.

Por si alguien se pregunta, estos pajarillos son de una especie muy común que aqui les llamamos pájaros Chileros o gorrión inglés.

Por supuesto que les puse nombre, se llaman Christian (Ramírez) y Jonathan (Orozco) porque no saben volar.

Ringo, Christian, Jonathan y mi panza


Como ya saben, murió el poeta uruguayo, Mario Benedetti. Y como un sencillo homenaje desde este humilde blog, he aquí un poema -muy ad hoc- que dedicó a aquellos pájaros que han sido olvidados por las mentes literarias.


Pájaros - Mario Benedetti

Hace ya varios siglos
que pájaros ilustres sobrevuelan
los predios de la vasta poesía.

La golondrina, el ruiseñor, la alondra,
la calandria, el jilguero, el picaflor,
el cuervo, la oropéndola,
y por supuesto el ave fénix
han sido convocados por poetas
para poblar sus bosques
ornamentar sus cielos
y rellenar metáforas.

Yo aquí rompo una lanza
por los discriminados / los que nunca
o pocas veces comparecen
los pobres pajaritos del olvido
que también están llenos de memoria.

Por eso aquí propongo
al canario, el gorrión, el tordo, el mirlo,
la viuda, el estornino, el cardenal,
la tórtola, la urraca, el hortelano,
el martín pescador, el benteveo,
para que alguna vez entren al verso
aunque tan sólo sea / como en esta ocasión
por la modesta puerta de servicio.


¡Hasta la vista!

09 mayo, 2009

Ojalá



Que no sea nuestro ultimo partido.

Update: Ya llegué a casa y con la garganta tocada. ¡Gracias América!

PD1 ¿¿Habemos tantos abonados??
PD2 Fernando Tirado se ve más guapo en persona
PD3 Ches tigres...
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